La mayoría de los que habéis llegado a este blog sabéis algo de mí, aunque sea solo un poco. Sabéis que me gustan las buenas batallas, las historias épicas, los personajes grandilocuentes y el descafeinado con leche. Sabéis que no siempre es fácil, que tiendo a exagerarlo todo, que soy derrotista por naturaleza y que nunca me canso de perder.
No se me dan bien los juegos de mesa, ni tampoco las Matemáticas. La lógica no es lo mío, aunque me gustaría ser más racional. Para mí, todos los chicles deberían ser de fresa y las canciones tienen que llegarte al alma.
Me atraen los conceptos enrevesados, los clichés que se complican, las cosas que son mucho más de lo que parecen. Aunque no siempre sepa separar realidad de ficción, quiero creer que todas las historias tienen una base real.
¿La pura verdad?
Necesitaba un cambio auténtico y menos palabrería. Estoy cansada de romper mis promesas, de fallarme a mí misma, de ser una pequeña mentira. Así que empecemos otra vez, desde el principio. Dejemos de dar vueltas en círculos.
No soy imbatible. No soy invencible. No soy una heroína de leyenda. Últimamente ni siquiera soy una escritora en condiciones.
Pero soy de verdad, de carne y hueso.
Y creo en las segundas oportunidades.
0 poemas:
Publicar un comentario